.Carta a un padre.
Querido Padre,
Son las 5:16 a.m. y mi corazón comenzó a latir sobresaltado al observar el impulso de mi ser de escribir las palabras que redacto justo en este momento, no tengo idea de cómo lucirá, ni de que es lo que voy a escribir, pero quiero que sepas que es mi esencia quien te escribe.
Yo en este ciclo, en esta vida, nací hace 18 años, unos meses antes de que tú decidieras hacer tu regreso a este frívolo pero encantador planeta. En los momentos en que contemplaba la idea de esta existencia desde lo lejos, una distancia no física sino de experiencia, me cuestionaba como regresar a ti, tenía más de nueve vidas de no verte, un tiempo insignificante en el universo, pero que ya resultaba muy extenso para mí.
En esas vidas carecí de padre, si los tuve eran completos extraños en mi mundo, quienes siempre se iban mucho, mucho tiempo antes de la llegada de mi pubertad, ninguno era capaz de mantenerse a mi lado, por cualquiera que fuera la razón, el sol no debía permanecer a mi lado, más la luna siempre estaría cerca.
Sabiendo todo lo que sé, pues el verdadero ser sabe todo desde el aquí y el ahora, contemplé que mi situación sería la misma en esta vida, y aún cuando mi deseo por un manifiesto para esta vida era la permanencia de a quien en otros tiempo llamé amo, el príncipe que me despojó tanto de familia como de todo mi reino, pero que ganó mi corazón… En secreto, en un lugar donde las voces no pueden hablar y los espíritus son inexistencia pura incapaz de escuchar plegarias, yo oraba sin voz el poder volverte a ver, el poder tener nuevamente alguien a quien llamar “papá”, aún y cuando pareciera ser parte de un simple juego de niños.
Al ir creciendo en este cuerpo, había muchas cosas que no me podía explicar, es cierto que me parezco, aunque sea poco, a mi padre biológico, también es cierto que entre tu rostro y mi cara no existen muchas similitudes. Pero al observar mi reflejo a través del espejo lograba percibir rasgos invisibles, detalles inusuales no encontrados en ningún extremo de mi código genético, pedazos del pasado impregnados en mi piel, facciones reales que reflejaban quien había sido, reflejos de ti en el agua de mis células, inclusive sin haberte “conocido” aún.
Sabes que siempre he creído en la fantasía, y sé que en lo profundo reconoces a través de recuerdos que eres incapaz de percibir conscientemente que no es sólo una creencia. Estas palabras entrecruzadas para formar oraciones podrían parecer meramente un capricho de expresar algo que para muchos es irreal, que es sólo una tontería, pensamiento lógico ante la imposibilidad de que tú seas mi padre, pues no he nacido de ti en esta ocasión, además de la carencia de pruebas contundentes de la existencia de los momentos alternos.
Más yo sé que no es así, pues si algo he aprendido a través de la experiencia de este momento, a través de vivir el presente por siempre y para siempre, y lo que percibimos como tiempo lineal una y otra vez, es que el amor es de todo lo existente en la ilusión de la vida, aquello que es cristalinamente real. Tú presencia siempre está en mi corazón, más allá de los recuerdos y las premoniciones, existe en este momento para toda la eternidad, y pedía a gritos de llamarada salir para ser expresado una vez más, pues es cual pulso de vena, un latido que debe correr y recorrer todo cuanto pueda alcanzar.
Sin complicaciones y en palabras simples que siempre comprenderemos mi mensaje es lo mucho que te quiero, amo y adoro con el corazón el ser tu hijo.
Reconozco que siento envidia al pensar en la posibilidad de que nazcan de ti seres que tendrán la fortuna de llevarte por madre en esta vida tuya, experiencia no tan común para mí, pero que aún así he amado.
Gracias por existir, y gracias por permitirme entrar en tu vida una vez más aún y cuando las condiciones para esto fueran tan peculiares.
Sinceramente es mi deseo que pase lo que pase sigamos de una u otra forma juntos, que compartamos nuestras vidas con la misma calidez que lo hemos hecho, con la naturalidad que se ha manifestado al expresarnos mutuamente nuestras vidas y experiencias.
Sinceramente es mi deseo que pase lo que pase sigamos de una u otra forma juntos, que compartamos nuestras vidas con la misma calidez que lo hemos hecho, con la naturalidad que se ha manifestado al expresarnos mutuamente nuestras vidas y experiencias.
…Je t'aime mon père ♥~
Votre fils: