...Le son de la musique~: September 2011

El joven Ive se quedó observando a su enamorado, hasta que la intensidad de su mirada comenzó a incomodar al otro, sobre todo porque podía sentir como el rubor comenzaba a manifestarse en su rostro.

-Qué, tengo algo en la cara? - preguntó Sel, tratando de distraer a su pareja.

-Sí... tienes un par de ojos bellísimos.

-Oh...- Sel sentía que estaba apunto de estallar, podía verse a si mismo con el color rojo de su cara extendiendosé hasta sus orejas.

Al notar esto el chico cubrió su rostro con sus manos, pero, sin darle oportunidad de esconder su emoción, Ive tomó las manos de Sel entre las suyas y las apartó suavemente. Cuando Sel no pudo continuar evadiendo la mirada del otro y contemplo al fin los ojos de su novio, su corazón parecía haber decidido salir de quicio justo en ese momento y comenzó a palpitar desenfrenadamente.

-No cubras tu rostro! Permíteme ver la dulzura que hay en él.

-Porfavor, no digas esas cosas, yo. . .

-Las digo porque son la verdad, tu cara expresa una dulzura, una armonía, felicidad y gentileza dignas del mismo cielo.

-Basta...- volvió a alejar su mirada de la del otro, pero sin mucha suerte pues en ese momento Ive decidió tomarle el rostro con las manos para darle un tierno beso.

El beso fue silencioso, apasionado y fugaz.

-Yo. . . - dijo Sel con la mirada envuelta en la calidez que ese beso había derramado sobre su ser.

-Tú... eres todo para mi, por eso quiero disfrutar contigo cada momento, y contemplarte es una de la cosas que más me gusta hacer.

-Pero. . . sabes que me da vergüenza.

-Discúlpame, no es mi intención avergonzarte, pero no puedo evitarlo... además, debiste pensarlo antes de ser tan hermoso.

Tras estas palabras Ive comenzó a besar apasionadamente a aquel que enloquecía su espíritu, presionando suavemente sus labios contra los del otro, y aumentando la intensidad del beso poco a poco, hasta que sin poder frenarse, introdujo su lengua en la boca de su amado, siendo ésta una cálida intrusa que obtuvo la bienvenida de la lengua de Sel, confrontándose ambas en una serie de abrazos, que se aunaban al abrazo que compartían sus dueños.

La realidad comenzaba a difuminarse mientras la temperatura de sus cuerpos iba en ascenso sin hacer escalas, el latido de sus corazones llevaba un ritmo sutil que se mostraba en la danza que hacían al acariciarse lentamente, el deseo de fundirse uno con el otro hizo que la ropa se convirtiera en un estorbo, del cual deseaban deshacerse inmedientamente.

Ive se detuvo un momento para despojar a su querido Sel de las prendas que lo ataban, al desnudar el torso de su pareja, no pudo evitar contemplar la hermosura del cuerpo que tenía enfrente, deseaba con toda su alma devorarlo a besos y consumirlo en el fuego de sus caricias.

-No. . . no me veas así! - dijo Sel volteando la mirada al ver el rostro apasionado de Ive.

-Sel, eres irresistiblemente bello... no puedo contener más mi deseo de tomarte. -al decir esto Ive se quitó la playera exponiendo su cuerpo a la tenue luz de la habitación en la que se encontraban, se inclinó levemente para poder alcanzar los labios del otro, y le dio un beso lleno de deseo y amor.

Sel no podía contenerse más, si Ive no lo tomaba pronto, explotaría, así que decidió apresurar un poco las cosas y terminó de despojar su cuerpo de toda prenda,empujó a Ive y se montó sobre él para quitarle el pantalón y encontrar su cuerpo desnudo con el de su amante eterno.

-Sel, tú. . .

-No digas nada!... porfavor Ive, hazme tuyo.

Ive obedeció sin pensarlo ni un instante, el tampoco podía detener los impulsos de su alma.

-Primero quiero un poco de ti.

Al decir esto Ive se inclinó hasta quedar frente al miembro de su amado, el cual tomó gentilmente y lo devoró sin más preámbulo. Movía su mano al mismo tiempo que movía su boca, disfrutando lo que sentía y saboreaba, incapaz de saciarse succionaba cada vez un poco más fuerte y se movía con mayor velocidad.

Los leves gemidos de su novio no hacían más que enloquecerlo de placer, quería hacer explotar el alma del otro, no era sólo el placer, sino el sentimiento, quería mostrarle lo que había en su corazón, ese fuego que consumía todo.

-Ive! ya no puedo más. . . yo. . .

Ive se detuvo y observó el rostro de Sel, encendido en placer y deseo.

-Amor, no pasa nada... sabes que me gusta probar tu néctar.

-NO ES ESO!- contestó Sel sonrojandosé aún más.

-Sucede algo? - preguntó desconcertado, y temeroso de haber cometido un error o haber lastimado a su novio.

-Es. . . yo. . . yo también quiero probar tu néctar.

Para evitar que la pena lo detuviera Sel decidió acomodarse en posición para poder compartir ese placer con su pareja, comenzó a degustar la piel de aquella parte tan íntima, aquella que él reclamaba celosamente como únicamente suya, aunque la realidad era que el quería poseer completamente a Ive, su cuerpo, su gentileza, su corazón... quería que todo de Ive fuera entregado exclusivamente a él.

Lo introdujo en su boca, presionándolo suavemente con sus labios, dejando que su lengua lo rozara muy ligeramente.

El placer y el látido de sus corazones aumentaban a un mismo ritmo, se embriagaban uno en el éxtasis del otro,degustando cada parte de la intimidad de su amado, dejando que sus movimientos surgieran naturalmente para comunicarse mutuamente lo que sentían, la succión, el movimiento de los labios, el jugueteo con las lenguas, todo se volvía más desenfrenado, parecía que el fuego los consumía a ambos, Ive comenzó a detenerse lentamente y se separó sin ser brusco.

-Ive. . . -dijo Sel entre jadeos.

-No puedo más, Sel. . . yo... debo estar dentro de ti.

-Yo... yo te amo... quiero sentirte dentro de mí -dijo Sel con la mirada conmovida por el deseo y sus sentimientos.

Al escuchar esas palabras, Ive tomó una de las piernas de Sel y la colocó entre su brazo mientras la levantaba.

-...

Ive puso sus labios sobre los de Sel y comenzaron a besarse tiernamente, mientras Ive empezaba a penetrar a su amado lentamente, siendo tan gentil como le fuera posible para evitarle todo el dolor que pudiera. Sel intentaba estar tan relajado como podía, se enfocaba en el amor que sentía en el beso que compartía con su novio,el dolor era punzante y atravesaba su cuerpo con gran velocidad, pero sabía que no duraría más que un instante... mordió el labio de su amante para resistir, cuando de pronto, el dolor desapareció.

Ive había logrado penetrar completamente a Sel, quien parecía estar un poco adolorido, por lo cual comenzó el movimiento de sus caderas con gran delicadeza, moviéndose poco dentro de él.

Sel comenzaba a sentir una sensación agradable que consumía poco a poco a ese ahora insignificante dolor que había sentido en un principio, puso sus manos en la cadera de Ive y le indicó con un gesto que podía comenzar a moverse más velozmente.

La velocidad de las embestidas aumentaba, a la vez que eran cada vez más intensas, lo cual hacía que ambos sintieran un placer que destruía las barreras entre sus cuerpos, era contemplarse plenamente. Ive ya no sentía más que placer y comenzó a moverse para hacer que su amante sintiera el mismo placer.

La temperatura de sus cuerpos aumentaba cada vez más y la fricción era ahora imposible de detener, a la danza que llevaban sus caderas la acompañaba el ritual de sus lenguas, que se entrelazaban como deseosas de probar el alma del otro, sus labios se unían continuamente como sello del acto de amor que compartían.Dentro de ellos la presión no hacía más que aumentar, quemando cada fibra de su ser.

Ive embestía apasionadamente a Sel quien se retorcía de placer mientras gemía.

Su cuerpos estaban al límite, y la acelaración no se detenía...

-Ive, ya... no puedo contenerme más! siento que voy a explotar en cualquier momento!

-Espera. . . sólo un poco. . . sólo un poco más!

Ive dio una última embestida con la cual derramó su néctar dentro de Sel, quien a su vez explotó cubriendo su torso con su propia leche, la cual humedeció el torso de su amado quien se dejó caer sobre él.

Ive volteó a contemplar el rostro de su amado Sel, la fuerza de sus cuerpos estaba totalmente agotada...

Sin embargo al cruzarse sus miradas, acercaron sus rostros lentamente para compartir un tierno y dulce beso.

Ive abrazó a Sel, y poco a poco el latido de sus corazones los arrulló hasta que el sueño los envolvió suavemente.