A veces quisiera ser más artístico, más culto.
Ser el chico que va a la ópera y el ballet todos los fines de semana.
Que ha leído todas las obras literarias de cuanto autor renombrado ha existido
y que sabe distinguir un Rembrandt de un Degas.
Ser el chico que jamás abandonó los pinceles y que
ha sufrido quemaduras por durar horas con las manos empapadas en yeso.
El que nunca cambió los libros de Isabel Allende por los videojuegos y la Internet.
Ser quien dijo "sí" cuando le ofrecieron clases de canto al notar su amplio rango vocal
y su capacidad innata para el canto operístico.
Vivir la vida del joven que hubiera insistido en tomar clases de violín y piano
en lugar de esconderse para no ir a sus clases de artes plásticas y artes marciales.
Todo esto no es una lista de arrepentimiento aunque lo parezca.
Yo no me arrepiento de nada, cada paso que hemos dado nos ha traído a donde estamos.
Entonces, ¿por qué pareciera que me estoy arrepintiendo?
Porque me he dado cuenta de que si quiero algo,
soy yo quien tiene que caminar hacia ello.
Lo he visto antes en mi vida, pero hoy me di cuenta de que esas cosas que "nunca" hice
no están en mi pasado, están en mi presente, y es ahí donde puedo hacer algo al respecto.
Es ahí donde puedo ponerme a trabajar para pagarme clases de canto y guitarra,
es ahí donde puedo agarrar un libro en lugar de pasar 3 horas viendo la pantalla aunque
no haya nada, es ahí donde puedo pedir que me regalen un lienzo y me presten pinturas.
No existe quien quise ser, sólo quien soy ahora.
Y si ya lo he perdido todo, es momento de perderme a mí mismo.
Perderme a mí mismo en aquello que siempre he amado.
La paz y el arte.
Don't tell me I'm less than my freedom.